
Por Christine Kehoe
Distrito 39 Senador de California
La violencia contra las mujeres ha plagado el mundo durante siglos, y los acontecimientos de este año en el condado de San Diego nos recuerdan cuánto más queda por hacer en California.
A pesar del progreso que han logrado las mujeres, particularmente durante los últimos 30 años, en el atletismo, las artes, la academia y la política, seguimos siendo blanco de agresiones sexuales y otros actos de brutalidad.
Nada podría haberlo ilustrado más claramente que el asesinato de Chelsea King y la anterior desaparición y asesinato de Amber Dubois. Cada uno de estos adolescentes de San Diego estaba afuera a la luz del día y, sin embargo, aún estaba sujeto a la violencia. Esta violación del espacio personal y público es profundamente perturbadora y nos hace sentir vulnerables a todos.
Ninguno de nosotros debería estar obligado a “estar alerta” en todo momento solo para evitar un ataque físico. Ninguno de nosotros debería temer que estar solo durante el día suponga el mismo riesgo de agresión por la noche. Estos temores siguen siendo parte del mundo de una mujer, ya sea en San Diego o en cualquier otra comunidad de los Estados Unidos.
En respuesta a los asesinatos de Chelsea y Amber, la comunidad exigió leyes estatales más estrictas para el seguimiento y tratamiento de los delincuentes sexuales violentos registrados en todo California. Una de esas propuestas, llamada Ley de Chelsea, aumentaría las sentencias y los términos de libertad condicional para los delincuentes sexuales violentos, especialmente los delitos cometidos contra niños.
Además, algunas personas como la abogada y residente de San Diego Pam Wilson pidieron mejores medidas preventivas como el entrenamiento de defensa personal. En diciembre pasado, una joven entrenada en defensa personal luchó contra el asesino que mató a Chelsea y Amber. La capacidad de la joven para protegerse a sí misma es un testimonio del valor y la necesidad de tales programas.
Es por eso que presenté legislación este año que permite el entrenamiento de defensa personal como parte del plan de estudios de educación física para estudiantes de secundaria y preparatoria en California. Actualmente, las escuelas pueden ofrecer dicha capacitación solo a estudiantes en los grados 10-12.
Al expandir el número de estudiantes elegibles para clases de defensa personal, podemos ayudar a las mujeres y niñas en el futuro a protegerse mejor de posibles atacantes. Si bien el entrenamiento en defensa personal no es garantía de seguridad total, dicho entrenamiento ayuda a empoderar a las niñas y mujeres jóvenes y ayuda a reducir las agresiones, los secuestros e incluso las muertes.
Dado el mundo en el que vivimos hoy, insto a las niñas y mujeres a inscribirse en una clase de defensa personal. Puede que solo sea una pequeña parte de la solución a largo plazo, pero debemos hacer más para reducir nuestro riesgo contra los peligros en la comunidad.
Mi legislación, SB 1290, fue aprobada por el Senado en mayo y está pendiente de votación en la Asamblea en pleno. Lo animo a que se comunique con su asambleísta y gobernador Schwarzenegger y pídales que apoyen esta legislación de sentido común. Es una forma en que podemos proteger mejor a nuestras hijas y permitirles que se protejan a sí mismas.